Primero de todo, le pedí que me hiciese una descripción lo más detalladas posible de los niños, para que las fofuchas tuviesen el mayor parecido posible con sus destinatarios. Y le dije que si pudiese me pasara un par de fotos de ellos. Mientras que ella localizaba las imágenes, me puse manos a la obra con los vestidos y los zapatos, dejando para el final las cabezas.
Antes de nada, corté cada parte de las fofuchas ayudándome de algunos moldes que encontré por Internet y los dispuse todos sobre la mesa, asegurándome que no faltara ninguno.
Una vez tuve todo preparado, comencé por los pies. Los realicé con porexpan en forma de huevo, cortándolos a lo largo por la mitad. Los forré con goma EVA (en blanco los de la niña y en negro los del niño) y le puse un par de detallitos para hacerlos más elegantes, y al fin y al cabo se trataban de zapatos de comunión...
Después, cogiendo cuatro palillos para brochetas, los forré con goma EVA de color carne dándoles forma de piernas, para después clavarlos en los zapatos.
El tercer paso fue hacer los cuerpos. Para ello, cogí una bola del nº 4 para cada cuerpo y lo forré de color blanco para luego ponerle por encima el de color carne a modo de cucurucho. En la parte de abajo (en la zona blanca que se supone que es la ropa interior), clavé las piernas, pero sin terminar de encajarlas del todo, ya que antes llegaba el paso de hacer las prendas de vestir.
Durante la realización de los vestidos no saqué ninguna foto, aunque sí la parte final, donde aparecen ya con las piernas pegadas. Al niño le puse traje de marinerito, con todos sus detalles y la a la niña, le pegué unas cuantas flores en el vestido, en la zona de la cintura para que le diese un toque más bonito.
Luego les hice los accesorios. En este caso, les coloqué una biblia a cada uno y mientras que a la niña, le realicé un rosario con cuentas transparentes adornándolo con una cruz marrón de goma EVA, al niño le colgué un cordón marrón con la misma crucecita marrón.
Y aquí llegaba la parte más complicada. Mi compañera ya me había pasado las fotos de los niños y tocaba hacer las cabecitas. Los dos son morenos, el niño con pelo a lo casco y la niña con media melena. Lo más difícil fue que el pelo me quedase lo más parecido posible y he de decir que tuve que soltar y volver a pegar trozos de goma EVA un par de veces, porque no me convencía ninguno de los peinados. Al final, tal como dice el refrán "a la tercera va la vencida" y conseguí que los peinados se pareciesen a los de los niños. A la niña, para terminar de darle un toque elegante, le hice una diadema de flores, tal como iba a llevar el día de la comunión.
Todavía me quedaba pintarles las caritas, pero antes quise hacerles una base con los nombres de cada uno de los niños para que fuesen totalmente personalizados, solo para ellos.
Y aquí viene el resultado final, primero las caritas y luego en su totalidad...
No sé que pensaréis, pero he quedado muy contenta con el resultado. Espero que piensen lo mismo los niños porque al ser mi primer encargo, los he hecho con un cariño especial, intentando cuidar al máximo cada detalle.
Espero poder seguir haciendo cositas de éstas, aunque bueno, también he encontrado entretenimientos diversos, como es el caso de las pulseras que enseñaba en el post de la semana pasada u otro que espero poder escribir en breve.
De momento, me despido por hoy. Ha sido un día largo y duro y necesito descanso, mi cuerpo me lo pide y por una vez, creo que le haré caso.
¡¡Buenas noches!! Y espero que os hayan gustado mis fofuchas de primera comunión.. ¡Hasta la próxima!
